El termino de emoción viene del latín exmovere o emovere, que significa “movimiento hacia el exterior” o “ponerse movimiento”. Etimológicamente, el término emoción significa el impulso que induce la acción. Las emociones nos invitan a reaccionar frente a los estímulos que percibimos, ¿Pero reaccionamos siempre de la manera adecuada?, quizás no somos tan inteligentes con las emociones como pensamos, en muchas ocasiones no las comprendemos y este puede ser el motivo por el que no nos relacionamos con ellas de la manera adecuada.
Tenemos que ser conscientes de que todo lo que hacemos tiene un alto grado de implicación emocional, las emociones nos acompañan en cada una de las facetas de nuestra vida. Nuestras decisiones, las acciones que emprendemos, nuestras opiniones, etc. se basan en una emoción o en una mezcla de ellas. Quienes son inteligentes con las emociones son capaces de analizar sus pensamientos, sus acciones e identificar las raíces emocionales que derivan de ellas, comprendiendo su utilidad para no ser esclavos de ellas y así no regir su comportamiento a frecuentes altibajos, depresiones, etc.
Ser inteligente con las emociones significa utilizar las emociones para nuestro propio beneficio, necesitamos aceptarlas e integrarlas en nuestra vida tanto si son agradables como si son desagradables, conocerlas y entender su utilidad. Son nuestras grandes aliadas. Pero al no percibirlas de la manera adecuada y al no comprenderlas se vuelven nuestras enemigas, las queremos rechazar, huimos de ellas o nos enfrentamos a ellas como si fuese una lucha constante desgastando con ello nuestra energía.
Para ser inteligente con las emociones necesitamos aprender diferentes habilidades y competencias emocionales, destacando entre ellas:
- Conciencia emocional, que nos ayuda a identificar las emociones tanto propias como ajenas y a comprender cuáles son sus funciones. Entender que son nuestras alidadas y que son necesarias, nos ayuda a generar lazos de unión que nos permiten relacionarnos con ellas de una manera más constructiva y positiva.
- Gestión emocional. La capacidad para gestionar nuestras emociones de manera adaptativa tanto a la hora de tomar decisiones como cuando necesitamos relacionarnos con los demás o regular nuestros estados afectivos.
- Comunicación asertiva. Saber expresar de la manera adecuada nuestras emociones para poder entablar relaciones sociales saludables y mejorar nuestras relaciones interpersonales.
Toda inteligencia es capaz de desarrollarse y potenciarse. Toda inteligencia se desarrolla a través de comprensión, practica y constancia y así es como se genera la Inteligencia Emocional, necesitamos entrenarla, fomentar sus competencias y habilidades.
¿Y a ti, te gustaría potenciar y desarrollar tu Inteligencia Emocional? Yo estaría encantada de acompañarte en este fascinante proceso.
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